MATERIALES NECESARIOS:
- 1 caja (de pañuelos de papel o de cualquier otra cosa que tengáis por casa y vayáis a tirar, incluso un saché de leche bien limpio puede servir)
- papel blanco cantidad necesaria
- papel de colores o estampado
- caja de huevos blanca
- ojos de plástico (opcional, se pueden hacer con círculos de papel blanco y rotulador negro o directamente pintados)
- pegamento
MONSTRUOS PASO A PASO:
Lo primero que debéis hacer es limpiar bien la caja que utilizaréis como cara del monstruo y no os olvidéis de cortar un rectángulo en uno de los lados de la caja para crear la boca. El tamaño del rectángulo lo decidís vosotros en base a lo grande que queráis la boca. Un consejo: cuanto más grande mejor y hacedla siempre con líneas más o menos rectas para facilitar la colocación de los dientes.
Luego, podéis forrarla con un papel que os guste para darle color y hacer más simpático al monstruito. Un truco para que os quede bien la boca: pegad el papel con cuidado y dejad uno o dos centímetros en cada lado de la abertura de la boca. Muy despacio, dobláis el papel y lo pegáis por dentro del monstruo. De esta manera la terminación de la boca será perfecta.
Luego, podéis forrarla con un papel que os guste para darle color y hacer más simpático al monstruito. Un truco para que os quede bien la boca: pegad el papel con cuidado y dejad uno o dos centímetros en cada lado de la abertura de la boca. Muy despacio, dobláis el papel y lo pegáis por dentro del monstruo. De esta manera la terminación de la boca será perfecta.
Si no lo queréis forrar, se puede decorar la caja al gusto como cada uno vea más conveniente.
En paralelo, debéis dibujar los dientes en un papel blanco y cortarlos. Con pegamento pegáis los dientes por la parte interior de la boca del monstruo.
Finalmente, llega el turno de los ojos. Tomad la caja de huevos de plástico y cortad cada espacio de huevo por separado (también podéis utilizar envases de yogur o cualquier otra tacita de plástico que tengáis en casa). Pegad en cada vasito un ojo (¡o varios!) y a su vez, pegad cada ojo saltón en la parte superior de la caja. ¡Y listo! Jugad con vuestra imaginación y cread los monstruos que más os gusten (o asusten).
Disfrutad en familia de esta divertida manualidad, que puede serviros para guardar dentro pequeñas cosas (¡si os animáis a meter la mano dentro de esas terribles bocas!) Fuente: pequeocio.com
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